Pero no me refiero a algún jugador mal intencionado o a alguna falla terrible frente al arco por parte de algún delantero justo para marcar el gol del triunfo.
En esta ocasión hablo de los anti héroes de Holloway, Londres. Un equipo con un filosofía y un trato de la pelota que a todos nos agradan, de bajo perfil, con estrellas que no deslumbran con su brillo a sus compañeros pero que gustan a la grada e incluso a los que no son sus seguidores.
Hoy escribieron una historia más de decepción, de impotencia, de quedarse en la orilla, de sentir que pudieron hacer la hazaña. Y por eso son anti héroes, porque el Arsenal, los Gunners, una vez más estuvieron a punto de dar el salto a la inmortalidad y no lo consiguieron.
En la Champions League llegaron con 4 goles de diferencia a su campo contra el Milán, cosa que parecía imposible, pero el Arsenal se encargó de alimentar la esperanza de sus seguidores con un primer tiempo de ensueño, donde marcaron 3 goles.
Todo se podía esperar para la segunda mitad, todo. Pero muy en el fondo del corazón de sus hinchas, existía el sentimiento de que no lo lograrían, y así pasó. El segundo tiempo solo hubo una oportunidad clara, lo peor que le pudo pasar a los Gunners es que se terminara el primer tiempo, se les acabo el empuje, la garra, la motivación, y con ellos también se les terminó el tiempo para Notar.
Y así, este partido de la Champions pasará a la historia, pero no por alguna hazaña épica digna de contarse a los nietos, será recordada porque los anti héroes de rojo y blanco, otra vez no traicionaron su historia.
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