30 de junio de 2012

¿Y por quién carajos voy a votar?

Se acabó. Llegaron a su fin 100 días de una carrera que al final no tiene ganador, si la democracia mexicana funcionara, otro sería el caso. Los mexicanos vamos a votar por quien gobernará al país, y durante esta centena de días, vimos de todo: pseudo campañas, guerra sucia, ataques, propaganda por todas las calles; un pan con lo mismo que el país se tiene que comer 'porque no hay de otra', y ahora, como nunca, gran actividad en las redes sociales.

México fue testigo de un fenómeno nuevo: en Twitter, Facebook, YouTube y demás redes, la gente se dedicó a crear polémica, discutir, criticar, burlarse y generar contenido referente al candidato de su preferencia (o al de su no preferencia). Incluso los medios se vieron rebasados por las redes y de ser otra la realidad tecnológica en el país, el cambio sí sería real, pero la verdad es que los que tenemos acceso a Internet, no somos mayoría.

Yo me abstuve lo más que pude de participar, opinar o criticar, sólo vi los toros desde la barrera y no lo confundan con apatía, la verdad, me da gusto que la gente, por lo menos en las redes sociales, haya tomado partido, aunque en lugar de convertirse en un maduro debate de ideas, se pareciera más a una lucha entre fanaticadas de un partido de fútbol.

Si leí, reí, y revisé mucho del contenido generado (incluido un excelente video podcast que les recomiendo mucho), pero quería escribir justo cuando la marea bajó, para escribir sin apasionamientos.












Lo que vi en estos 100 días fue criticar peinados, imagen, forma de hablar, de vestir, de atacar. Poca gente habló de las propuestas, todo se iba en hablar del copete, del bronceado, de que se come las letras, que habla lento, del eslogan de la campaña, que si es hipster. Mucha gente dice que votará 'por el menos peor', costumbre muy mexicana para sobrellevar el hecho de que estamos jodidos sí, pero hay quienes están peor, entonces 'mejor ni moverle'.

Y es cuando pienso que tenemos la política (y los políticos) que nos merecemos, todo el contenido en redes, las pláticas de sobremesa y en las calles era como el bullying del salón de clases. Somos un país que en cuestiones políticas sigue en pañales, nos falta crecer mucho y, aunque en este periodo electoral dimos algunos pasos, deberíamos avanzar más y no esperar al siguiente periodo para comenzar otra vez.

La apatía se ha sacudido un poco, los jóvenes son más activos (veremos si con la edad no cambian su forma de pensar, saludos al movimiento #YoSoy132), pero seguimos siendo comodinos, el paternalismo sigue en nosotros, esa idea de 'pues que el gobierno lo solucione' es un gran mal que sigue presente en el país.

¿Cuántos de ustedes no le han dicho corrupto a un político? Me imagino que todos. ¿Y cuántos de ustedes compran películas pirata, descargan música ilegal o dan mordidas?

¿Cuántos critican las muertes de la guerra contra el narco mientras se fuman un 'churrito'?

¿Cuántos no critican a los senadores porque 'no trabajan' y ustedes cada domingo en la tarde se quejan de que ya van a regresar al trabajo o que odian los lunes porque 'hay que trabajar'?

¿Cuántos no critican que los políticos no respetan la ley mientras en sus coches se estacionan en doble fila, se pasan los altos, o en sus motos avanzan por la linea que divide los carriles, o en sus bicis circulan por la banqueta?

Y no me doy golpes de pecho, yo he hecho algunas se esas cosas también, pero poco a poco he comenzado a eliminarlas de mi vida. Si queremos que los políticos cambien, ¿Por qué no cambiar nosotros también? O tenemos que esperar a que nos los diga 'papá gobierno' para hacerlo?

Para estas elecciones voten por quien crean que en verdad va a cambiar al país, no por quien les digan o por 'el menos peor'; puede que sea tarde para que cambien su preferencia pero lean las propuestas, infórmense, no voten con el estómago, voten con la cabeza, porque al final del día van a elegir a un empleado que trabajará para ustedes 6 años y deben de conocer qué es lo que lo hace diferente y mejor que los otros.

Dejen el conformismo a un lado, no porque 'todos los políticos son iguales', ustedes también tienen que serlo, empiecen con estas elecciones, hagan que sean diferentes; y cambien también ustedes, no esperen a que 'el gobierno los cambie'...