29 de abril de 2014

Yo pido ser Maradona…

Terminar la tarea. Salir a la calle. Reunir a los amigos. Escoger equipo. Comenzar a soñar.

Así es como se inician las ‘cáscaras’, picados, o como le llamen a esa batalla a goles que se juega en las calles, en las canchas improvisadas o en aquellas que son de piso de cemento y porterías de tubos, o en el parque con árboles que simulan el arco. No importa dónde, lo importante es jugar.

No hay límite de tiempo, tampoco la cancha tiene delimitado en qué lugar ya ‘es fuera’. Son 4 contra 4, o 7 contra siete, el número no importa; lo que importa es ganar. Ganar primero a los mejores para tu equipo, luego ganar el volado para el saque, y lo más importante: ganar a tu jugador favorito.

Esa es la batalla que importa ganar primero. En mis tiempos se escuchaban muchos Rossi, Platini, yo elegía al ‘Ruso Brailovsky’ (sí, ya llovió) y al Diego, al Diez. Después se escuchaban Campos, Zague, Van Basten, y luego muchos ‘Cuauhs’, Pavel, Román.

Imagino las nuevas generaciones se llaman Messi, Cristiano, Chicharito, ibra, Iniesta y otros tantos… todos en la cáscara nos cambiamos el nombre.

Y eso rescató Nike en su nuevo comercial, el fanatismo de los que juegan en la calle, la ilusión, el cambiarse el nombre para jugar ‘como tu ídolo’, y de repente, aunque sea en tu imaginación, sentir que estás entre los grandes, entre los mejores, aunque sí, no falta el perdido, recuerdo en mi infancia escuchar al que no tenía más remedio que ser portero y que escogía ser Carlos Roberto Gallo.

En fin, disfruten esta joya…

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