23 de septiembre de 2013

El temblor del 85… 28 años después

Se cumplieron 28 años, y todavía lo recuerdo como si fuera ayer. Aquí les dejo mi relato del 19 de septiembre de 1985 para que, quienes no lo vivieron o no lo recuerdan que tengan una visión de cómo fue, y los que sí, pues para recordar y nunca bajar la guardia…

File:MONUMENTO A LOS CAIDOS EL 19 DE SEPTIEMBRE DE 1985.jpgRecuerdo perfecto esa mañana y es curiosa mi memoria, sucesos viejos, antiguos, los tengo grabados a la perfección, pero si me preguntan qué dije o hice hace unos minutos, me cuesta recordar. Bueno, de regreso a lo que quiero contarles…

Eran las 7:00 am. Huevo estrellado con jamón de desayuno, jugo y licuado de fresa. Los tres sentados a la mesa: mi padre, mi madre y yo. Un día cualquiera, de esos de arranque de curso escolar, de regreso del “puente” del 16. Era agradable casi haber entrado a la escuela y tener un descanso casi al principio, más para los que les costaba adaptarse a levantarse temprano. Mi padre apuraba su desayuno, siempre tenía prisa por salir. Trabajaba sobre Tlalpan, al sur, casi para llegar al Estadio Azteca y hacía car pool con su jefe, que pasaba por él a unas calles de la casa.

En ese entonces vivíamos en la Colonia San Rafael, por el centro de la ciudad, a unas cuadras de Insurgentes y de San Cosme, a pasos de donde se ponía el Circo (en Buenavista, Buenavista, Buenavistaaaa). El rumbo era decente, con mucho movimiento por la cercanía de algunas escuelas, pero ese día todo era tranquilidad. Mi madre me llevaba al colegio, que estaba ubicado en la colonia Roma; Mérida, Durango y Frontera eran sus calles y diferentes accesos.

Mi madre se levantó y entró a la cocina, seguro para recoger los platos o para servir más comida. Y fue entonces cuando comenzó…

Mi padre fue el primero en reaccionar, se levantó de la mesa y me jaló del brazo, nos dirigimos hacia el marco de la puerta de la cocina y mi madre se nos unió. Yo no sabía qué pasaba, sólo sentía como una especie de mareo y veía como las lámparas se movían. Luego siguieron unos saltos y recuerdo escuchar cómo crujía algo en el departamento.

La duración, que dicen fue de dos minutos a mí me pareció una eternidad y aunque no me asusté (nunca me había tocado vivir algo así) sí tenía la duda por saber qué pasaba. Cuando por fin terminó y mi padre comprobó que todo estuviera bien, tomó sus cosas y salió al trabajo, sí, ¡Se fue a trabajar y recorrió toda la ciudad después del temblor!

Cuando mi madre y yo terminamos de hacer nuestras cosas y decidir tomar camino hacia la casa de una amiga para recoger a su hijo y partir a la escuela, se escuchó un ruido fuerte, seco, y al mirar a la ventana, sólo pude ver polvo, mucho. Al salir a la calle, nos dimos cuenta que en la cuadra siguiente varios edificios de departamentos ya no estaban, y al disiparse la tierra vimos como estaban reducidos a nada, eran un sándwich de concreto.

File:1985 Mexico Earthquake - Pina Suarez Apartment Complex.jpg

Ya en la casa de mi compañero de clases, pudimos ver las noticias, comunicarnos con la familia y comprobar que todos estaban bien, aunque no se podía decir lo mismo de la ciudad, Tlatelolco, la Roma, el Centro, muchas zonas afectadas, edificios caídos, falta de luz, fugas de gas; en pocas palabras, destrucción total.

File:1985 Mexico Earthquake - Building collapsed.jpg

Por obvias razones, las clases se suspendieron, mi escuela no sufrió daños graves, pero varios edificios, un cine y otras escuelas, estaban destruidos. Al pasar los días recorríamos la ciudad para visitar a la familia y pude comprobar el nivel de destrucción del temblor. Recuerdo la imagen del viejo Parque Delta (hoy extinto y convertido en centro comercial) con miles de cajones de madera que contenían restos de gente que falleció, el grupo de rescatistas franceses, con sus trajes plata y sus perros de rescate, recuerdo ver mi ciudad, esa que apenas conocía, llena de edificios destruidos, aplastados y también recuerdo ese sentido de alerta constante que se quedó con nosotros, los que vivimos ese triste evento, cuando al sentir un temblor, no podemos evitar recordarlo y sentir ese temor de que un sismo de esa intensidad se vuelva a repetir.

File:Terremoto 1985 1.jpg

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